En primer lugar resaltar que esta exposición cambió mucho mi punto de vista de lo que realmente significa realizar un trabajo entre 9 personas y exponerlo en clase. Empezaré contando todo lo sucedido.
Tres días antes de la exposición teníamos todo casi preparado: la presentación en un powert point, las funciones que iba a realizar cada uno, las pruebas que les íbamos a proponer a los compañeros que sería algo más original, etc. Pero fuimos a hablar con el profesor y (como no) a nosotros también nos cambió la forma de realizar nuestra exposición al igual que a nuestros compañeros. Yo no estaba cabreada, pero que varios días antes te digan que tienes que plantearte las cosas de otra manera totalmente diferente a como lo habíamos planeado, pues no me sentó muy bien.
A partir de esa misma tarde todos nos pusimos a pensar ideas para ver como hacer una exposición mucho más amena y a coger ideas que nos había ofrecido el profesor.
Ahora teníamos todos otras tareas distintas a las del principio, Yolanda y Pablo serían los únicos que seguirían haciendo su labor de presentadores y todos los demás nos sentiríamos profesores (o miniprofesores como nos dijeron algunos compañeros) por un día.
El día de la exposición quedamos todos por la mañana para ultimar detalles y prepararlo todo.
Entramos a clase media hora antes que los demás y empezamos a preparar las mesas como habíamos planeado, hicimos 7 grupos de mesas con sus correspondientes sillas y encima pusimos el número que le correspondía. A cada mesa le asignamos un profesor.
Cuando llegó la hora de que los demás compañeros pasaran a clase se nos ocurrió la idea de asignarle a cada persona un número y así poderlos organizar en los diferentes grupos, asique le fuimos dando según entraban números del 1 al 7.
La gente estaba un poco sorprendida porque no sabía nada. Me llamó bastante la atención la expresión del profesor cuando entró y vio aquella organización de clase.
Al principio tuvimos algunos problemas porque no funcionaba el ordenador, pero pudimos empezar sin él, por lo tanto los presentadores hicieron bien su trabajo explicando el funcionamiento de la exposición, en el cual los profesores íbamos a ir rotando y los alumnos tenían que ir haciendo las pruebas para conseguir puntos, porque al final habría un premio para el ganador.
Con un poco de curiosidad y motivación por el premio final todos nos pusimos manos a la obra.
El profesor Rubén Explicaría la Teoría de Piaget junto con sus correspondientes pruebas, a Sergio le tocarían las Etapas de Viktor lowenfel, Borja realizaría la Teoría de Luquet, Pedro las Etapas del simbolismo descriptivo de C.Burt, Bruno los test relacionados con la casa y la figura humana, Alex se encargaría del tema del maltrato y a mi me tocarían los test del árbol y la familia.
Teníamos 7 minutos aproximadamente para estar con cada uno de los diferentes grupos, cuando se iba acercando la hora de cambiar, nuestro compañero Pablo se encargaba de avisar mediante un silbido.
Entre los compañeros se veía competitividad y esfuerzo por ganar, cosa que a mí por lo menos me motivaba cada vez más.
Cuando acabaron las pruebas de los miniprofesores tocaba hacer el juego final, para repartir los últimos y definitivos puntos para los ganadores.
Yolanda y Pablo nos hablaron de los principios generales del dibujo infantil y después pondrían unos dibujos que tendrían que relacionar con la teoría dada anteriormente. Por falta de tiempo no pudimos terminarla entera. Ahora tocaba contar los puntos y decidir los grupos ganadores.
Los premios fueron caramelos, pero pensamos que (en el caso de una clase de primaria) no sería correcto repartir regalos solo a algunos alumnos, por lo tanto le dimos a todos los participantes uno y a los grupos ganadores unos pocos más.
Nuestros compañeros parecía que se lo habían pasado bien aprendiendo a la vez que competían entre ellos. Creo que todos quedaron satisfechos con nuestro trabajo.
Para mi fue muy gratificante realizar de esta manera la exposición, ya que por un día me sentí profesora y enseñé de una forma diferente a la que estamos acostumbrados.
Me sentí orgullosa cuando algunos compañeros me dijeron que les estaba gustando mucho y que nos lo habíamos currado. Fue en ese momento cuando me di cuenta que todo el esfuerzo realizado había merecido la pena.
El objetivo de nuestro trabajo, además de hacer llegar la teoría a los alumnos, era el de empezar a aprender a tratar con niños de primaria.
No me arrepiento que el profesor nos cambiara el rumbo de nuestra exposición pues la experiencia fue mejor de lo esperado y la recompensa también.